La Casa Blanca condenó el lunes el uso de látigos para amenazar a migrantes haitianos, luego de que circularon imágenes de un guardia fronterizo estadounidense a caballo golpeando a varias personas en el campamento improvisado en Del Río, Texas.
En los últimos días, los migrantes, en su mayoría provenientes de Haití, han estado cruzando de un lado a otro entre Ciudad Acuña en México y el extenso campamento al otro lado de la frontera en Del Río para comprar alimentos y agua que escaseaban en el lado estadounidense.
Un video muestra a un guardia fronterizo aparentemente amenazando a los migrantes con las sogas, el cual fue compartido en redes sociales.
Usuarios de redes sociales comentaron que la imagen de personas negras huyendo perseguidos por oficiales blancos a caballo tenía ecos de las injusticias históricas sufridas por los afrodescendientes en Estados Unidos.
El jefe de la Patrulla Fronteriza estadounidense, Raúl Ortiz, dijo que el incidente está siendo investigado para asegurarse de que no hubiera una respuesta “inaceptable” por parte de la policía.
Agregó que los agentes estaban operando en un entorno difícil, tratando de garantizar la seguridad de los migrantes mientras buscaban contrabandistas potenciales.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo que los oficiales montados usan las riendas largas para “asegurar el control del caballo” pero agregó que se investigarían los hechos.
El campamento debajo de un puente que cruza el río que divide la frontera es el último foco rojo para las autoridades estadounidenses que buscan detener el flujo de miles de migrantes.
Para el lunes, cientos de migrantes habían regresado al lado mexicano en medio de la incertidumbre sobre si serían deportados a Haití en vuelos organizados por autoridades estadounidenses.
Autoridades estadounidenses cerraron el paso fronterizo de Del Río el viernes debido a la aglomeración de migrantes. El lunes dijeron que seguía cerrado y que la mayor parte del tráfico se había desviado al paso fronterizo de Eagle Pass, también en Texas, a unos 90 kilómetros al sur.
El campamento en Del Río, Texas, ha sido el hogar temporal de 12,000 migrantes en algún momento. Muchos partieron desde tan al sur como Chile para llegar allí, con la esperanza de solicitar asilo en Estados Unidos.