Los niños de Nuevo Yucatán viajan 35 kilómetros de lunes a viernes a través de un camino accidentado para llegar a su escuela, ubicada en el ejido El Pilar de Richardson, en General Cepeda.
Con carencia de alimentos, en el poblado donde la única actividad laboral es la explotación de la candelilla, a algunas familias no les alcanza ni para comprar una despensa.
Por lo anterior, los pobladores piden a la autoridad apoyo para la reparación del camino, ya que es una constante que la camioneta donde se trasladan todos los estudiantes se queda tirada, algunas veces en medio del desierto, bajo altas temperaturas, frío o lluvia.
Asimismo, las madres de familia externaron que, desafortunadamente, al ser un vehículo particular, los niños no cuentan con seguro de vida y siempre existe la incertidumbre o miedo de que algo les pueda ocurrir algo durante su largo trayecto de terracería.